El parque
de Jaime L.Marzán-Ramos
El primer día bajó al parque que queda al cruzar la calle del edificio donde reside; paseó un rato y pensó en ella. Luego de una hora, regresó a su casa.
El segundo día bajó al parque otra vez; caminó un largo trecho y pensó en ella nuevamente. Luego de una hora, cabizbajo, volvió a la casa.
El tercer día, una vez más, bajó al parque; volvió a su caminata y a pensar en ella. ¡La vio¡, y antes de una hora regresaron juntos a la casa.
El cuarto día, no bajó al parque…
© Jaime L. Marzán-Ramos, 2007
miércoles, 12 de septiembre de 2007
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1 comentario:
Ya no tuvo q llamar a Manuela!!:)
LOLOLOLOLOLOLOL
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